01 Febrero 2009
Raul García
“El libre comercio implica, en su estado más puro, que las importaciones y las exportaciones de todos los países del mundo se realizan sin pagos de aranceles, sin asignaciones de subsidios en los países de origen y sin barreras para-arancelarias (prohibiciones de ingreso basadas en criterios arbitrarios como país de origen, productos, contenido de determinados componentes, etc.).
Obviamente, el mundo real no muestra evidencia de que haya al menos un solo país que tenga tales características. Esto se debe a que los responsables de la toma de decisiones en los países se guían por múltiples criterios y no solo por el de la eficiencia. Entre otros, tienen en cuenta criterios de equilibrio y negociación con grupos de poder, estrategias geopolíticas, objetivos valiosos para la política como la autosuficiencia alimentaria, o el saldo positivo de la balanza comercial o el bajo nivel de desempleo.
De la mano de la crisis financiera internacional desatada en 2008 vino la recesión económica que estará entre nosotros seguramente todo el año 2009. Con la recesión vienen la caída del consumo y el aumento del desempleo. En general, los bienes importados son los primeros que las familias dejan de comprar en tales situaciones.
Los países donde se originó la crisis (Estados Unidos, Europa y Japón) serán los principales afectados por el aumento del desempleo. Para volver a recuperar los niveles de actividad previos a la crisis apelarán a distintas medidas. Me interesa en esta ocasión destacar las medidas vinculadas al comercio internacional.
Para librarlas de la competencia internacional y atenuar los efectos del desempleo, estos países podrían apelar a medidas proteccionistas. Estas medidas perjudicarían, principalmente, a los países que exportan mucho a Estados Unidos, Europa y Japón.
A su vez, estas naciones tendrán incentivos para aplicar represalias y proteger a sus propias actividades que compiten con empresas de los países desarrollados.
Los países subdesarrollados y en vías de desarrollo (Argentina, por ejemplo) que no están fuertemente vinculados a los países dónde se inició la crisis también sufrirán los efectos de la recesión y el desempleo pero en menor medida. También ellos podrían sentirse tentados a proteger sus actividades económicas con mayores aranceles o prohibiciones a la importación como ya lo están haciendo Rusia, Brasil e Indonesia.
Así pronto el mundo se vería envuelto en una nueva oleada de medidas proteccionistas que solo traerían mayor disminución de los volúmenes de comercio, menor producción y mayor desempleo que los que sufriríamos por la sola causa de la crisis financiera internacional.
Es decir, el proteccionismo solo agravaría los efectos negativos de la crisis financiera. Sería muy interesante que lo lectores accedieran al discurso que Pascal
Hasta la próxima…
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